El otro día me hicieron una pregunta bastante interesante.
Estaba filosofando por teléfono con la gaba (para los que no sepan quién es la gaba pues se van a quedar con la duda porque no voy a revelar su identidad secreta). De hecho, así como filosofar no tanto sino más bien eso que se hace cuando no hay nada qué hacer y la plática fluye y los pensamientos empiezan a arribar sin coherencia alguna... Ok, estaba filosofando con la gaba.
El caso es que súbitamente y en la pachequez de la incongruencia me pregunta de forma muy seria: "imagínate si anduviéramos todos desnudos...". Como todo hombre que se jacte de ser hombre ante tal magnificiencia de comentario, mi mente empezó a divagar y mi pantalón me empezó a apretar. Una vez digerido el impacto inicial de las palabras escuchadas me puse a pensar en el trasfondo de lo que acababa de escuchar y tiene mucho sentido.
En algún lado leí (y si alguien sabe quién lo dijo que me avise) algo así como que "la ropa es el disfraz diario de nuestros propios complejos". Esta frase viene a mezclarse con lo anterior por el hecho de que la ropa está diseñada para resaltar u ocultar atributos o defectos, cualquiera que sea el caso.
Las minifaldas están hechas para resaltar las piernas, el sostén para alzar y dar forma a los senos, los pantalones pegados y los tops para dar forma y remarcar la silueta y todo esto sólo en el caso de las mujeres. Los jeans bien puestos en una fémina son una maravilla. Pero también existen los vestidos para esconder la panza, las camisas para dar énfasis a los senos y ocultar las caderas y un largo etcétera de diferentes prendas para distintas ocasiones. Una vez que quitas todo la gravedad hace su vil jugarreta y adiós fantasía.
¿Qué pasa si desapareces la ropa? ¿Si por arte de magia ya no existe la ropa en el mundo y toda la gente tiene que andar descalzo hasta el cuello por la vida?
Pues dentro de la pachuequez viene la utopía. La gente se libra de los complejos porque verdaderamente se empieza a fijar en otras cosas. Si estás gordo, flaco, tienes buena nalga, vives acomplejada por no ser Ivonne Soto o eres un Tommy Lee cualquiera, a nadie le va a importar porque todo mundo está exactamente igual. Los tacones ya no existen para dar forma al caminar y nadie se les queda viendo el trasero a las mujeres. En fin, ya no te desnudan con la mirada porque ya estás enseñando el cuero.
Te libras de miradas libidinosas y de segregaciones que te califican conforme a lo que traes puesto. Nadie va a saber cuánto te costaron tus zapatos sino qué tan bien te bañas. Y si alguien llega a pensar que tienes buena nalga, es que en verdad la tienes y no es un truco de los pantalones o la faja que traigas puesta. Hay que reconocer que cada vez nos volvemos más superficiales en cuanto al tamaño y volumen de los senos, trasero, piernas, brazos y poleas. Si alguien lo duda los reto por favor a que me digan por qué son famosos Gabriel Soto, Lorena Herrera, Maribel Guardia, Latin Lover, Sabrina, y un largo etcétera...
Ya en el monchis de la sabiduría y el conocimiento, el único "pero" que encontramos a tan maravillosa utopía fue que ya sería muy difícil identificar a los coapos.
Ora sí, hasta la próxima semana.