Día 2. Triste realidad cuando me acerqué al templo sagrado de las hamburguesas a pedir mi desayuno y en el auto Mac se oye por la tremenda bocina: "puedo tomar su orden?" y que digo "dame un McMuffin de huevo con queso" y que me responde "con tocino, lomo o salchicha..." y que le digo "no, solamente de huevo con queso" y que se oye un silencio terrible... "me dijo con tocino, lomo o salchicha?" y le respondo "no, nada más de huevo con queso". Unos metros adelante de mí veo cómo abren la ventanilla y le dice el cajero al tipo que estaba regando las plantas "qué no es el del coche gris?" "pues sí, el de las placas chilangas". Asomó la cabeza, volteó a verme, se rascó la gorra y se metió y solamente oí por la bocina "por favor pasa a la ventanilla 1 y ahí te cobro".
Resto del día: San Miguel de Allende, Pollo Feliz, Celayork y de regreso a casita...
Día 3. Mejor no hubiera despertado. Amanecí con la boca seca, los ojos me arden horriblemente y estoy más que mareado. Las rodillas me tiemblan, las manos me sudan y no enfoco bien. Dos tazas de café que no surten efecto y dentro de los oídos tengo un constante zumbido que me recuerda que sigo vivo y que no debí haber empezado.
En este momento me arrepiento tanto de esa primera cerveza y las no sé cuántas subsiguientes que maldigo la maldita cruda que me ataca en este día...
Consomé de camarón, filetito de pescado y a seguir el día que al rato me toca avión.
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